Esta canción trata de una pareja que quiere encontrar el amor verdadero. Sin embargo, en la actualidad no pueden conseguirlo, por falta de riqueza material. Mediante el sexo, mediante la venta de sus cuerpos, actuando posiblemente ante las cámaras, intentan ganar dinero que luego se supone que hará posible una existencia mejor más allá del porno.

A través del amor, al menos dos personas se unen, encontrando un terreno común a través de una conciencia de grupo compartida. Con esa conciencia de grupo, al tener al menos dos cerebros trabajando juntos, los implicados pueden captar y comprender contextos y dinámicas sociales más amplios mejor que el individuo más aislado.

Esto les permite afirmar mejor su voluntad en la sociedad para alcanzar sus objetivos.

Curiosamente, el amor requiere un mínimo de salud y libertad, lo que a su vez requiere un mínimo de riqueza material. También se requiere un mínimo de riqueza material para simbolizar la base de la unión, para hacerla tangible y memorable.

La presencia de símbolos es necesaria para promover una cierta conciencia de grupo. Sólo lo que puede expresarse en símbolos puede (potencialmente) llegar a ser consciente para un ser humano. El amor no es posible sin que exista un mínimo de conciencia compartida entre los que celebren el amor (entre sí).

Por supuesto, de acuerdo con la historia bíblica de Adán y Eva, en su caso, sólo un fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal fue esencialmente riqueza material suficiente para empezar, permitiendo a Adán conducirlos a ambos a un amor mayor y a la primera civilización de la historia humana.

Por supuesto, un mejor conocimiento del bien y del mal sigue siendo lo esencial hoy en día.

Sin embargo, en un mundo en el que ya hay mucha civilización que exige cierta conformidad (en las creencias), se necesita más riqueza material que permita la libertad de establecer, defender y desarrollar bien los propios supuestos, a veces innovadores, sobre el bien y el mal.