Para que una mujer sea mejor que María, necesita un hombre que sea mejor padre que José, por lo tanto, alguien capaz de conducir a un amor mayor del que José podría.

La Iglesia católica romana apunta con toda su dinámica de grupo religioso a una realidad. Se trata de que Jesús y María sean el único amor verdadero.

Un amor mayor que el de Jesús y María sería inimaginable.

¿Fue Jesús mejor padre que José, lo que condujo a un amor mayor? ¿Era María Magdalena mejor que María, la madre de Jesús?

En la isla de Malta, que una vez fue conquistada por los árabes y unos siglos más tarde se convirtió de nuevo al catolicismo romano, dicen que el mejor padre que José tendría que ser un cristiano que honrara a María Magdalena y la mujer, la madre mejor que María tendría que ser una hija de Abdul.

Muchos musulmanes tienen incluso la convicción de que fue Mahoma mejor padre que José.

A los dos años, un hijo suele ser capaz de decir su propio nombre por iniciativa propia. Así, se convierte en una "persona". En ese momento, la persona adquiere más conciencia y empieza a adquirir una visión del mundo. Este último proceso llega finalmente a su madurez en el joven con la pubertad. En la medida en que la visión del mundo esté suficientemente desarrollada, uno puede (potencialmente) ser/llegar a ser un (buen) padre después de la pubertad. Esto significa, sobre todo, que uno puede, como hombre, dirigir bien y con éxito una organización más grande (con al menos dos miembros).

Un buen padre es un hombre capaz de conducir a un amor mayor.

Una madre sólo puede ser tan buena como su hombre/marido y su padre.

Ser madre significa mediar entre dos redes patriarcales (la de su padre y la de su marido) por el bien/beneficio de los hijos, para que maduren y se conviertan en buenos padres y madres.

Mediante el amor, al menos dos personas se unen y encuentran un terreno común a través de una conciencia de grupo compartida. Con esa conciencia de grupo, con al menos dos cerebros trabajando juntos, los implicados pueden captar y comprender mejor contextos y dinámicas sociales más amplios, lo que permite al individuo desarrollar una mejor visión del mundo.

Una "visión del mundo" es una peculiaridad del Homo Sapiens. Es el conocimiento más elevado de una persona acerca de sus suposiciones sobre el bien y el mal, según el cual alinea su brújula moral.

En este contexto, la "visión del mundo" es un fenómeno muy social que surge en una dinámica de grupo más amplia, y no hay un esquema que se ajuste por igual a todos los participantes. Tener una visión del mundo buena y muy desarrollada requiere un esfuerzo y una actividad mentales constantes. Es una cuestión de contención a fondo con uno mismo y en relación con el mundo, utilizando el lenguaje.

Si una persona ha adquirido una visión del mundo de alta calidad en un entorno determinado, no está garantizado que pueda mantener ese estatus. Alguien con una mejor comprensión de las interconexiones del mundo podría asumir el liderazgo en cualquier momento.

La "visión del mundo" no es un asunto privado. ¡Las personas con una visión del mundo desarrollada tienen cerebros muy activos!

Una visión del mundo suele estar ligada a una lengua materna. Una lengua de nivel superior (por ejemplo, inglés o alemán) permite a una persona captar y comprender mejor dinámicas complejas de grupos sociales más amplios de las que, de otro modo, la mayoría de los demás no serían conscientes.

Una buena organización más grande, ya sea una universidad, una ciudad o una nación, que se encuentre unida por una lengua común, se desarrollará más y tendrá más éxito cuanto más puedan sus miembros alcanzar (durante algún tiempo) una visión del mundo de relativa alta calidad.

La calidad de la conciencia colectiva y de la identidad del grupo depende totalmente de ello.

Es importante saber que la finalidad del sexo es, en última instancia, la procreación, la creación de hijos y, por tanto, la creación de una organización, una nueva familia, que garantice un amor seguro y estable a largo plazo.

Ser capaz de conducir (potencialmente) a un amor mayor es la potencia de un hombre y padre.

Mahoma y Jesús tenían suposiciones innovadoras sobre el bien y el mal y fueron capaces de transmitir estratégicamente las creencias relacionadas a otros, de modo que se transmitieran de generación en generación. Su amor, que ha alineado a muchas familias e incluso a poblaciones enteras, ha conducido a éstas a visiones del mundo que les permiten triunfar mejor en sus entornos. Una religión potente permite canalizar y orquestar dinámicas de grupo competitivas facilitando que los adeptos a la religión puedan hacer valer mejor su voluntad en la sociedad para conseguir sus objetivos.